Sayago fue una fiesta. Las hinchadas viven este duelo como clásico y así lo demostraron, con bengalas, papelitos, bombas de humo y mucho aliento para darle comienzo al choque entre Racing y Fénix, que poco mostró hasta los 12 minutos, cuando el local tuvo tres ocasiones de convertir en una misma jugada: la primera la interrumpió Mejía saliendo a cortar, la segunda la evitó el travesaño y la tercera, de pelota quieta tras una falta al borde del área, también fue desviada por el guardameta panameño.
Pero la respuesta la dio Fénix de inmediato, y fue 100 por ciento efectivo: en la primera llegada clara que tuvo, anotó y pasó a ganar. Un saque largo desde el fondo y un cabezazo le trasladaron la pelota a Maxi Pérez, que se escapó solo y ante la salida de Contreras cruzó su tiro con precisión y le dio la ventaja a su equipo, que volvía a liderar el Clausura.
El Albivioleta quedó mejor parado cuando se vio en ventaja, y aprovechó eso para volver a sorprender a la defensa del local y anotar el segundo a los 24'. Un contragolpe que se volcó por la derecha le permitió nuevamente a Pérez entrar solo al área, pero esta vez, cuando vio que el Loco salía, cruzó el tiro en el área porque en la vereda de enfrente aparecía el juvenil Franco Acosta, que marcó con un toque sutil.
El cambio en el marcador no cayó muy bien en la hinchada, porque una piedra cayó instantes después en la cancha y obligó al juez Martín Vázquez a advertir de una posible suspensión.
Racing volvió a poner peligro en el área rival cuando Affonso estuvo a punto de convertir tras taco de Gorocito, pero las ideas eran pocas en los dirigidos por Mauricio Larriera, que tenían problemas para controlar el balón y que se veían superados en el mediocampo por el juego de Aníbal Hernández y de Lucas Cavallini.
Y tanto mérito de Hernández tuvo su recompensa, porque en el último minuto de la mitad inicial hizo el tercero y llegó a cuatro en el Clausura, en el que es goleador. El ex Racing y Defensor Sporting encontró el balón pasando la mitad de la cancha, se fue haciendo espacios a fuerza de enganches y cuando se sintió cómodo sacó un zapatazo inatajable para Contreras, haciendo probablemente el gol de la fecha.
Con una goleada a cuestas y el descenso molestando, Larriera mandó a la cancha a Agustín Gutiérrez, quien hizo la diferencia. Ordenó al equipo, le dio creatividad en la mitad de la cancha, y aunque las jugadas peligrosas siguieron brillando por su ausencia, el balón pudo permanecer en poder del Cervecero por más tiempo.
Fénix desplegaba su juego normal, y siguió teniendo poderío ofensivo cuando ingresaron Cecilio Waterman y Martín Liguera. Sin embargo, todo indicaba que la historia había quedado cerrada en los primeros 45 minutos, y así fue: el local no encontró los caminos para descontar y el visitante lo aguantó con total tranquilidad, para quedar como líder del Clausura y sumar puntos importantes en el descenso.
Fuente: futbol.com.uy
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